14.2.06

Y seremos como los que sueñan...

"Se han mostrado las flores en la tierra,
El tiempo de la canción ha venido,
Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola" Cantares 2.12


La generación de cristianos evangélicos que nos precede aquí en España, (sobre todo carismáticos), han sido la "generación de hierro"; como la anterior fue la "generación de piedra" los que afirmaron su rostro, y duros como el pedernal, mantuvieron su posición, no cedieron, estaban “copados” (como se dice de los paracaidistas cuando están rodeados por fuerzas hostiles) pero sabían que sus pies estaban firmes en la Roca, aun así, amigo, no era fácil este país en los 50/60/70. Bendito sea el Señor por sus vidas y por sus testimonios, porque el testigo pasó, la llama no se apago, muchos de ellos disfrutan ahora en la presencia del Señor, la corona de la Vida les esperaba.

Esta "generación de hierro" de la que hablo, son cristianos, como tu y como yo, que decidieron allá por los 70/80, creer a Dios, seguir su llamado, y dedicar sus vidas a lo despreciado, a lo que nadie quería, a lo desechado por la sociedad: drogadictos, presidiarios, lo mas vil de la sociedad. Creyeron que era el Señor el que rompía las cadenas, el que desataba las ligaduras de impiedad, que Él hacia la Obra, que Él que pasaba delante, “y a otros arrebatar aun de las puertas del infierno”, y allí fueron, ceñidos sus lomos en la Verdad, vestida la armadura de Dios, y tomando las armas de nuestra milicia. Y ni te imaginas.... se cumplió la Palabra de Verdad:
“escogió lo vil y menospreciado para avergonzar a lo que es”
Era el Buen pastor quien salía a buscar, todavía hoy lo hace, en sitios que ni nos imaginaríamos que existen

Siervos del Señor de esa generación están viniendo a España, y casi en un acto de tender su manto, como Elías, traen profecía sobre nuestro pais.

Ahora que en este, nuestro país, el Señor esta abriendo tiempo nuevo, los que sentimos el llamado, no podemos menos que, como el profeta, humillarnos delante suyo y decir “niño soy”. Me deslumbran las generaciones que me han precedido, me miro y yo no soy “de piedra”, no soy “de hierro”... he estado con congoja, hasta que Él ha puesto Paz en mi corazón.

Para el seremos la “generación de viento”, así nos ha formado, tan frágiles en tierra, tan ligeros, y sin embargo hechos para volar, para ser tomados en alas de su Santo Espíritu, y conquistar solo con la Unción de su poder, “No con ejercito ni con fuerzas sino con mi Espíritu”, listos para ser recipientes del Aliento de Dios, para ser llenados, como tazones en su altar, vasijas de barro listas para que la excelencia del poder sea solo Suya.

En la certeza que Uno más fuerte ha venido y vencido, ha atado al hombre fuerte, que ha sido despojado de sus armas en las que confiaba, y El Victorioso Señor reparte botín.

¿Qué podrá hacer el que esta atado delante nuestro? Los nacidos del Espíritu, como al viento se nos escucha, pero no se sabe de donde venimos ni adonde vamos... afina el oído, nos sentiras llegar.

Generación de Viento, y el Señor ya ha dicho: pasad yo os entrego la tierra.

“Proclamad esto entre las naciones, proclamad guerra, despertad a los valientes, acérquense, vengan todos los hombres de guerra. Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy. Juntaos y venid, naciones todas de alrededor, y congregaos; haz venir allí, oh Jehová, a tus fuertes. Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat; porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor. Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas; porque mucha es la maldad de ellos. Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor” Joel 3.9-15